jueves, 6 de mayo de 2010
FAREWELL
¿De qué me valen la paciencia,
la calma y la compostura,
solitaria luna,
si no calmáis mi ansia
ni me dais esperanza alguna?
¿De qué me vale la espera
amando como jamás amó ninguna
si la pasión que el alma me devora
la desconoce aquel que me enamora?
Tan solo lágrimas interrumpen mi lamento,
Mas la tierra empaño con esta agonía
Que de un lado a otro camina
Por mi mente sin cesar.
Una ilusión acarició mi mente
Y mi alma celeste nacida para amar
Dañada y dolida por esta contraria
Con la muerte se fue a comparar.
Mas desperté tarde de esta locura
Y rápido un camino hube de elegir
Me fui por el más corto y sencillo:
¡NO VIVIR!
Entre suspiro y suspiro
Escribí esta despedida
Con el frío de la muerte
De lleno dentro de mi vida.
Vida y muerte, tan solo una
Descanso y agonía, tan sólo una;
Tan solo una esperanza quedaba
La cual, pobre desdichada;
¡fue asesinada!
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