domingo, 14 de mayo de 2017

UN DÍA EN EL MUNDO




Un día en el mundo, tal vez hoy sea el día, o el único día, o el último día... cada mañana nos despertamos, dando por hecho que todo va ser igual o similar al día anterior.

Tenemos el guión más que diseñado  y estudiado.

Mi día: 
Suena el despertador a las 7:30, me levanto, hago pis, preparo café, me lo tomo mientras miro la televisión y ya enciendo el móvil, me acabo el café, me lavo la cara, los dientes, me arreglo el pelo con una cola mal hecha, hago la cama, me pongo la ropa de deporte, hago algo de deporte, preparo el desayuno, desayuno, me ducho, preparo el almuerzo, hecho una visual general a las redes y si tengo algo que grabar o escribir lo hago, preparo el almuerzo, arreglo un poco la casa, me seco el pelo, almuerzo, me maquillo, me visto y me voy al trabajo.
Desde que salgo de casa hasta que llego al trabajo, acabo mi jornada y me voy paso unas 8 horas, vuelvo a casa, me pongo el pijama, me siento unos minutos en el sofá, comento qué tal me ha ido el día, preparo la cena, cenamos, y nos sentamos a ver lo que quieran poner en la televisión o como norma, vemos alguna serie bajada de Internet. Poco más de las 12 a la cama y vuelta a empezar.

Mis días, al menos de lunes a viernes se resumen en prácticamente 10 líneas, raramente incluyo algo fuera de esa rutina, aún así odio la rutina, y ¿que hago para romperla?

NADA, o prácticamente nada, de hecho, suelo empezar el día pidiendo que acabe rápido, "ya mismo es viernes" me repito, y si en algún momento tengo hueco para hacer algo distinto, me freno, y no lo hago, o si lo hago, me cuesta una vida, aunque me encante.

El otro día lo hablaba con una amiga, y en cierto modo, dentro de nuestro humor y bromas, analizábamos la tristeza del hecho de vivir deseando que acaben los días. 

Nos levantamos, en muchos de los casos algo enfadados por tener que ir a un trabajo que no nos llena, o no nos gusta, o no nos sentimos valorados, o lo que es peor, enfadados por no tener un trabajo siquiera. 

Nos miramos al espejo y siempre hay algo que no nos gusta, que no está como querríamos que estuviera, o como ya me planteaba en un Post anterior, tal vez si estuviera todo como queremos, ¿no habría otra cosa nueva que querríamos mejorar o simplemente diferente?

Tenemos cosas materiales que nunca nos resultan suficientes. Un móvil de última generación pero acaban de sacar otro que es mucho mejor, un pc que funciona perfectamente pero es que tiene ya 8 años (una excusa con mucho fundamento), un coche que cumple perfectamente sus funciones de llevarnos y traernos donde queramos (pero vaya vergüenza la de años que tiene y cuando me voy a poder comprar uno nuevo)...
Todo lo que vivimos y sentimos es así, la eterna insatisfacción, la constante rutina por tal vez, quien sabe, miedo a que pueda pasar algo que no controlemos, el querer eso que tiene aquel de enfrente que aunque no conozco de nada, yo no voy a ser menos que él.
Vivimos en un sin vivir constante y aquí es cuando tenemos que gritar

STOP - PARA

Párate y piensa, o a caso no te das cuenta de que tal vez, quien sabe, por que tú no lo sabes y yo tampoco lo se, pero cabe la posibilidad de que hoy, si hoy mismo, ahora que estas leyendo esto, sea el último día.

No, no me he vuelto loca, ni estoy siendo tremendista, o tal vez sí y eso sea lo que necesitemos. 
No penséis en el extremo de hoy puedo dejar de existir en este mundo, me refiero con que hoy puede ser el último día de muchas cosas.

No sabes si puede ser el último día en el que vuelvas a ver a esa señora amable con la que siempre te cruzas, y sin ton ni son, ya no se cruce más en tu día a día, y jamás descubras el por que.
Puede ser el último día en el que tengas el poder en tus manos de conseguir ese trabajo que tanto ansías, y que por tu torpe pereza que te amarra a esa vida que no te llena, no muevas ni un dedo para conseguirlo aun teniéndolo delante de tus narices o llamando a tu puerta.
Puede que sea el último día que tengas el momento idóneo para decirle a ese amor prohibido o secreto que te tiene el corazón robado, lo que nunca le dijiste, por que llegue otr@ más rapid@ que tú.
Puede ser el último día que tengas la posibilidad de enfrentarte a ese espejo y decirle a tu yo destructivo SE ACABÓ; por que nunca más aparezcan en ti las fuerzas para hacerlo.

Y sí, puede ser el último día que veas, toques, oigas, hables, sientas, escuches, acaricies, ames.... a esa persona.

Vivimos con la equivocación de la frase hecha de:

¡ea un día más!

No es un día más, siempre es un día menos. Por eso ya para mañana es tarde, tienes que querer las cosas para ayer, luchar por el futuro y no correr hacía él.
Vive cada día como uno nuevo, aunque sepas a ciencia cierta que será igual que ayer, por que en estos temas, la ciencia no tiene poder ninguno.

Sencilla y simplemente vive.


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