martes, 25 de enero de 2011
REFUGIO
Un refugio no es más seguro por contar con paredes y con techos, un refugio no es más resistente por ser de hormigón o de acero...
confundimos nuestro refugio, no sabemos dónde está, ni qué forma tiene porque cegados buscamos en la materia...
Igualmente nos pasa con un ataque, nos preparamos cuando vemos una mano venir, una cosa caer sobre nosotros... pero también erramos en nuestra defensa, en nuestro refugio hacia los ataques; porque duele más una palabra que un tortazo, un mal gesto que un disparo, un te odio que un cuchillazo...
Debemos ver más allá de la materia, más allá de los actos, porque lo que realmente duele, ni se toca, ni se coge, ni se esquiva con las manos.
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