martes, 12 de julio de 2016

Y EL DÍA LLEGÓ

LLEGÓ Y TODO ABSOLUTAMENTE TODO SIGUE IGUAL. ¿O NO?

YA PASÓ EL DÍA. SOBREVIVÍ Y AQUÍ SIGO. NO HA CAMBIADO NADA EN ABSOLUTO. BUENO SÓLO QUE CUANDO ME PREGUNTAN LA EDAD YA DIGO CON VOZ MADURA: 30 AÑOS.
¿O TAL VEZ SI QUE HA CAMBIADO? ¡AÚN NO LO TENGO MUY CLARO!

               En el post anterior (LOS 30 EXPRESS) os hablaba de mi miedo a cumplir los 30 y que tras leer varios post me decidí hacer una lista de cosas que hacer antes de llegar a esa cifra, salvo que por falta de tiempo entre la idea y mi cumpleaños, pasó a ser "cosas que hacer antes de los 30...o inmediatamente después".

Tal como escribí, pensé que era imposible llegar hacer algo de la lista. Sólo las cosas más simples pero las demás por falta de tiempo y de capital me iban a ser casi imposibles y a ello se le sumó que tampoco tuve muy hábil la imaginación.

La lista que hice fue la siguiente.

1. DONAR SANGRE
2. VIAJAR A CUALQUIER SITIO DE AFRICA
3. HACER UN DEPORTE EXTREMO
4. IR A UN FESTIVAL
5. UN CAMBIO DE LOOK
6. LEER DE UNA VEZ ESE LIBRO QUE SIEMPRE HE QUERIDO LEER: MATAR A UN RUISEÑOR Y LA CABAÑA DEL TIO TOM
7. IR A UN KARAOKE
8. HAZME DE UNA VEZ MI TERCER TATUAJE
9. RETOMAR EL INGLÉS
10. HACER BUCEO
11. TOMAR CLASES DE ALGO QUE SIEMPRE ME HA GUSTADO HACER: POR EJEMPLO SALSA
12. ENFRENTARME A UNO DE MIS MIEDOS
13. PASAR UN DÍA SIN TECNOLOGÍA Y DE SPA Y RELAX
14. DAR UN PASEO EN GLOBO
15. QUE ME HAGAN UNA SESIÓN DE FOTOS
16. ACAMPAR EN LA PLAYA
17. IR A LA OPERA
18. HACER UN VIAJE MOCHILERO
19. HACER UN VIAJE LUJOSO

De todas estas cosas había fáciles como el cambio de look y por supuesto lo hice, aunque como podréis ver en las fotos tampoco es que haya sido muy radical, porque la finalidad del cambio de look era renovarme no llegar a los 30 y no ser yo.



 

En realidad no tengo el pelo amarillo como se aprecia en la foto del centro, es más como la tercera, aún así ha cambiado bastante el color y ahora está mucho más bonito, también teniendo en cuenta que como soy como soy, al día siguiente me puse yo misma un tinte en la raíz y arrastré hacía abajo y por supuesto quedó mucho mejor.

También puse hacer algún deporte de riesgo y superar algún miedo. Teniendo en cuenta que los deportes de riesgo como puenting, caída libre desde avión, parapente, etc se elevaba desorbitadamente de mi presupuesto fue cuando desistí y al ver que sólo podría hacer las cosas menos arriesgadas decidí abandonar la lista.

El jueves de la semana de antes de mi cumple, me entregó mi pareja un sobre donde ponía OPCIÓN A. 
Todo ello precedido de la canción "feliz no cumpleaños" que cantan en la hora del te de Alicia en el País de las Maravillas.
¿Qué había en ese sobre? 

La posibilidad de ir al día siguiente a Isla Mágica, en Sevilla donde poder hacer una actividad "de riesgo" y lo más difícil de todo superar uno de mis miedos.


Aquí hago inciso y os cuento. Nunca me he montado en atracciones de feria arriesgadas porque la vez que lo hice, y no era una arriesgada, siendo adolescente, no fui capaz de gritar. Quería y no podía. Me quedaba como pillada y me desfallecía y fue una sensación suuuper mala. 
Desde entonces, sólo me subí en cosas mas flojitas y vi que tampoco era capaz de gritar. ¿qué pasa? Que ya no volví a subirme en nada. Lo cual era una pena porque realmente no me da miedo ni tengo vértigo alguno. Sólo que no soy capaz de canalizar la adrenalina.

La idea al ir a Isla Mágica era sobre todo, el gran reto, subirme en El Desafío.


68 metros de altura y varios niveles de intensidad y van por horarios, y aunque yo rezaba por que me tocara el nivel bajo, decidí que fuera al azar y que nada más llegar al parque iría directa a la atracción, sin pensar y subirme.

A las 17 de la tarde llegamos, los nervios me invadían por instantes. ¿ qué me pasaba por la cabeza? 
Pues que pudiera echarme atrás y fastidiarle la sorpresa o lo peor defraudarme a mi misma. Durante toda la mañana me repetía:
- te vas a montar Azahara. Se monta mucha gente. Te subes te tiran y ya está. Son segundos.

No busqué fotos de la atracción ni nada más. Me iba a subir en las demás pero esa era la que más me aterraba.

Cuando llegamos teníamos que cruzar un puente desde el que al fondo se veía la atracción y es que era imposible que ese palo altísimo no se viera desde la otra orilla del río.

No quería mirar pero miré. Y vi como lanzaban hacía abajo a la gente. Desde tan lejos se veía alto pero no se apreciaba verdaderamente por la perspectiva pero cuando fui acercándome y entré al parque, creí que lo mejor era no mirar lo alto que era. Simplemente ponerme en la cola, subirme y ya después pensar.


Así fue. En la cola pensaba ¿por qué? ¿ qué necesidad de pasarlo mal? Y sólo me respondía, por que tú eres capaz. 
Además miraba a mi alrededor y había niños y niñas de unos 14 años puestos en la cola para subirse. Y yo realmente flipaba, por que les veía tan pequeños y tan valientes. Así que eso me animó más. Adoro la juventud, como ya sabéis, y lo que ello supone así que me invadió la valentía. Todo esto seguí, al llegar a la puerta, sin saber que nivel me iba a tocar. 

Una mujer rubia, contaba la gente que iba pasando, abrió la puerta y a mi me temblaban hasta zonas del cuerpo que no sabia de su existencia. 
Sin pensar, mente en blanco, me subí. Cerré el arnés de la seguridad. Me quité las sandalias y me agarré. Cerraba los ojos y respiraba profundo intentando dominar los nervios. Pensaba: 

- Tu puedes. Eres valiente y lo sabes. Vas a poder gritar. Grita. Grita. 

Y eso subió un poco. Los pies colgando. La espera serían segundos pero yo estuve días ahí sentada. Y subió de golpe, rápidamente hasta la mitad. Sentía como el estomago se suspendía. Abría y cerraba los ojos. Y cayó un poco suavemente. Pero aún no gritaba. Otra subida rápida esta vez hasta arriba del todo. Sin palabras para aquel momento cuando yo abrí los ojos, pies colgando y toda Sevilla allí abajo.... ¡madrecita del señor!

Y así nos subieron y bajaron 3 veces y desde la mitad también, luego supe que me tocó el "doble yoyo" que era uno de los 2 niveles más intensos que hay.
Me bajé súper temblona, manos, piernas... todo el cuerpo me temblaba pero solo podía sonreír y decir:
- ¿Madre mia! que lo he hecho, si si , me he subido, qué guapo, qué guapo!!

No fui consciente de si había gritado o no, hasta que mi pareja me dijo que grité cuando  ya estábamos parados abajo, que gritaba cuando ya no estábamos cayendo. Así que aunque orgullosa de haberme atrevido decidí que antes de irnos sacaría valor y me volvería a montar.
Nos subimos en el resto de atracciones, en algunas repetí pero seguía sin gritar en ninguna en el momento en que te tiraban o te hacían algún movimiento brusco. Y fui de nuevo al Desafío, me subí 2 veces más y grité. Grité como si no hubiera mañana, que maravilla. Cómo relaja, cómo mola.

TODO LO DICE MI CARA DEL ANTES Y DESPUÉS DE ENTRAR AL PARQUE, MIRAD.


Como veis, esta imagen no tiene desperdicio alguno.

En fin hasta aquí os dejo mi post de las cosas que hacer antes de los 30, puesto que el resto de la lista serán las de qué hacer inmediatamente después, aunque hayan sido pocas las de antes, me doy más que por satisfecha teniendo en cuenta lo que fui capaz de superar aquel viernes 24 de junio.

El tatuaje está fijado en Septiembre por el tema sol y playa, la donación idem y el resto según, digamos, presupuesto. Los libros ya en mi poder y en proceso de lectura. El día sin internet no ha llegado aún, no he tenido "tiempo" jajajja

Sólo quiero dejaros un mensaje muy claro que he aprendido con esta increíble lista, y es que 
TODO, TODO ES SUPERABLE Y TODO TODO ES TOTALMENTE POSIBLE. 
QUERER ES PODER.

BE HAPPY AND BE FREE.



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