A veces creo que no nos paramos a ver esos detalles de los más pequeños que los hacen tan sumamente grandes, aquellos detalles que los hacen especiales, únicos y que nos impiden querer que crezcan, soñando con que se queden así para siempre, siendo nuestros niños o nuestras niñas.
Aún no tengo el placer ni la suerte de ser madre, pero si de ser tita, y ya mismo MÁS TITA QUE NUNCA con mi pequeño bomboncito que viene en camino. Aunque no tenga ese lazo tan cercano de las madres imagino lo que debe ser, y estaré deseando vivirlo.
Éste Post va dedicado a DANIELA, ella es la personita con más magia
acumulada en el más diminuto cuerpecito del mundo que hoy por hoy conozco y de la cual, más fotos tengo, porque me
encanta ver como va creciendo y como aprende cosas nuevas tan rapidísimo. Es
una esponja sin duda alguna.
Hace ya un tiempo me di cuenta que tenía muchísimas fotos de
ella, pero casi ninguna posible de compartir por ciertos motivos de ser una
menor y demás… no nos gusta sacar fotos de nuestra princesita por ahí.
Entonces decidí emprender un proyecto fotográfico, plasmarla
en todo su apogeo pero siempre tras ella, siempre quedando mi presencia y mi
cámara en un plano secundario. Son varios años los que llevo con este proyecto
y hoy por hoy ya hay material para poderlo montar así que ahora sí, quiero
compartir con todos vosotros el pequeño mundo Daniela.
Con este proyecto me he dado cuenta de la magia que albergan
los niños, me he dado cuenta de lo independientes que pueden llegar a ser,
creativos, y aunque repitiéndome, mágicos. Muchos diréis que esto no es nada
nuevo, no hay más que mirar la carita dulce de un niño y ver esa ricura, pero
mi propuesta es…¿y sin ver esa carita? ….
SIMPLEMENTE .... #ELMUNDOTRASELLA
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