Todos los años por estas fechas, las de navidad, ponen en televisión anuncios nuevos en los que vemos a familias súper felices, impresionantes mesas, platos recién salidos de los fogones de Adriá, y un mapa idílico de acontecimientos, enseñándonos que eso realmente es la Navidad, y que es así como debemos vivirla, dando por tajante que todo lo contrario es malo, o incluso insultante.
Este año hay un anuncio, que a mi personalmente me encanta, y es el anuncio de supermercados Aldi, que reza bajo el hastag #Algotendrá
Dice una frase así tal como:
¡oh querida y temida navidad, qué tendrá para, aunque a veces no sea perfecta, cada año la celebremos !
Y creo que es el mejor anuncio y mensaje navideño que había escuchado antes.
Y es que yo soy una de esas personas, y creo y observo que cada vez más gente me secunda, que no sabe qué tiene la Navidad por que a la vez que me encanta la odio profundamente.
Pero, ¿Por qué? y si la amas, ¿cómo es que la odias? os preguntaréis.
A día de hoy ni yo me lo explico, como otras tantas de mis opiniones.
Analizándolo, pienso en los porqués de amarla:
- la gente se sensibiliza muchísimo, ante lo cual paso desapercibida por que lo que se denomina comúnmente como "espíritu de la navidad" a mi me invade durante el año entero, entonces con más personas enfermas de espíritu navideño, a mi me toman hasta por fría.
- el ambiente de las calles, de fiestas, luces, espectáculos... el atrezzo navideño me apasiona, tal vez tenga que ver con mi gusto por la decoración, ¡quién sabe!
- me encantan los reencuentros que estas fechas producen, no solamente de volverte a ver con gente que hacía mil que no veías, sino tal vez el simple echo de recibir una felicitación navideña y volver a tener contacto con esa persona que echabas de menos o de la que ya hacía tiempo no sabias.
Pero ya os digo, a la vez, también la odio, o me odio a mi misma durante la navidad, no lo tengo muy claro.
Por que, es verdad que hay mucha gente que la odia por que echa de menos a sus seres queridos, bien por que los tengan lejos o por que tal vez ya no estén. Obviamente yo también siento eso, pero también les echo de menos el día de mi cumpleaños, el de los suyos, cuando tengo una buena noticia, cuando me pasa algo malo, etc... me refiero a que para mí, es un sentimiento constante a lo largo del año. Pero sí, llega la Navidad y se acentúa, y ahí mi pregunta ¿Por qué?
No me considero una persona creyente, con lo cual no sería la respuesta a mi pregunta.
La festividad en sí, supone una reunión con la familia como centro temático, pero es que tal vez, esas personas que echas de menos, no pasaban ese día de navidad, o nochebuena en concreto contigo. Y si lo pasaban, me baso en lo anterior, también podrían pasar con nosotros cualquier otro momento importante de nuestras vidas y tampoco lo vivimos igual que estas fechas.
Por lo tanto, sigo sin respuesta.
Y así tras varios razonamientos, pienso; tal vez la culpa la tiene toda esa imagen ideal que hemos creado en nuestra cabeza de cómo ha de vivirse la navidad.
En mi cabeza al menos, la navidad ideal, es una reunión de todos los seres cercanos y queridos de la familia, lo que viene siendo muuuucha gente, todo en una mesa llena de exquisita comida, sonriendo, cantando y bebiendo y diciéndose y demostrándose durante cada instante lo muchísimo que se quieren y se aprecian.
Una imagen donde nadie falta, todos están bien con todos, nadie se escaquea de ayudar, de tender una mano y cada sonrisa cada gesto de cariño son desde el corazón.
Eso es lo que alberga mi cabeza, este cuadro barroco con toques de la época victoriana, todo muy idealizado.
Pero viajo atrás en el tiempo, y ni aún cuando en mis navidades no faltaba nadie, ni aún ahí, eran así, o tan así.
Aunque cierto es, y afortunada me considero de poder tener recuerdos maravillosos de mis navidades con la familia completa.
Siempre he sido la pequeña, y recuerdo las chiquilladas con mi hermana, mi primo y Francisquito, recuerdo a mi abuela super arreglada, con sus uñas recién hechas, a mi tio haciendo la catarata de copas de champán o la piña flambeada.
Recuerdo a mi abuelo, con su bata, sentandose en su silla y diciendo:
- ¡venga, quien quiere el agilando! me tenéis que cantar...
Si para él era el agilando ( aguinaldo), y todos corriamos y nos poníamos a cantarle.
Recuerdo que cada año contaban en la televisión nuevos rituales para atraer lo bueno y expulsar las cosas malas a final de año, y todos y cada uno los hacíamos. No se me borra de la mente ese año con mi abuela subida al sofa a la pata coja, mi madre, Mari la amiga de mi madre, mi tia, mi hermana y yo subidas igual en las sillas, mientras nos tomabamos así las uvas y en la última teníamos que bajarnos con el pie derecho, para entrar con buen pie el año.
El anillo de oro en la copa de champan, que como yo no tenía mi madre me ponía uno suyo. El rulo de carne que cocinaba mi abuela, las 200 toneladas de mazapanes, turrones, bombones y todo lo imaginable.
Y los bailes tras la cena de mi abuela y mi madre.
Bendita memoria la mía, y gran familia que me ha brindado estos maravillosos recuerdos.
No tengo muchos, las navidades tornaron diferentes siendo aún pequeña. Desde que dieron ese giro drástico, mi único afán fue hacer que esos recuerdos que invadían mi mente, esa alegría que me da contarlos, pudiera yo de una forma u otra transmitirla a la gente con la que estuviera en esas fechas.
Creo que me estoy contestando al porque la odio. No la odio, la añoro. Añoro mi navidad. Mis recuerdos hechos momentos en el presente.
Cada navidad es diferente, cada momento que pasamos sin disfrutarlas nos perdemos una vivencia, puede gustarte más o menos esta época, puedes tener más o menos familia o amigos con quien pasarlas, pero por pocos que seáis, siempre tienes la posibilidad de crear ese pasado que al echar el vistazo te hagan sentir feliz.
Simplemente, vivir los momentos. No os machaquéis con una idea para la cual, muy posiblemente, no tengáis una respuesta con sentido.
¡Feliz Navidad a todos mis Gloricios@s!
